CONCEPTOS FUNDAMENTALES

“Un día un viejo sabio chino perdió sus perlas. Mandó, pues, a sus ojos a buscar sus perlas, pero sus ojos no encontraron sus perlas. Mandó entonces a sus oídos a buscar las perlas, pero sus oídos tampoco encontraron las perlas. Mandó luego a sus manos a buscar las perlas, pero tampoco sus manos las encontraron. Y así mandó a todos sus sentidos a buscar sus perlas pero ninguno de ellos las encontró. Finalmente, mandó su no-buscar a buscar sus perlas. Y su no-buscar encontró las perlas”.

El célebre psicoanalista húngaro-argentino E. Racker nos enseña que captar o intuir el inconsciente del analizado –sus impulsos, resistencias y transferencias inconscientes- y así comprender sus situaciones de conflicto irresueltas es una de las tareas fundamentales del psicoanalista. Esta “captación” solamente puede producirse a través del propio inconsciente puesto que, tal como lo prescribe la sabiduría medieval, “sólo lo igual puede conocer lo igual”. Para decirlo con otras palabras: sólo puede conocerse en otro lo que es propio de uno mismo y ha sido adecuadamente asimilado/aceptado.

Es por ello que Freud establece que es necesario, para quien desea ejercer el psicoanálisis, atravesar un psicoanálisis personal: porque sólo se puede hacer consciente el inconsciente de otro en la medida en que la propia consciencia está lo suficientemente permeable a los propias pulsiones, sentimientos y fantasías. Sólo sirve captar en el otro aquello que el analista ha aceptado dentro de él como propio y que, por lo tanto, puede ser re-conocido en el otro sin angustia ni rechazo.